La recategorización vencía el lunes pasado, pero la Afip amplió hasta el viernes último el plazo para poder incorporar a aquellos que estaban de vacaciones.
Estos procedimiento se realizan habitualmente durante enero, mayo y septiembre.
Durante la primera semana de enero, la entidad que conduce Alberto Abad se contactó con unos 53.000 monotributistas para "inducirlos" a que se recategoricen, dado que del cruce de datos con sus tarjetas de crédito y débito, sus bienes y sus cuentas bancarias surgía que debían estar en otro escalón de pagos.
El subdirector general de Servicios al Contribuyente de la Afip, Sergio Rufail, aseguró que se llama para que regularicen su situación a aquellos declaran un ingreso de 2.000 pesos por mes y tiene gastos por 4.000.
"Es decir que tiene manifestaciones de poder adquisitivo sustancialmente distintas a las declaradas, o tiene una combinación de inmuebles y autos cuyo mantenimiento no se podría justificar con los ingresos declarados", aseguró el funcionario en declaraciones a un matutino porteño.
Con el fin de acentuar este tipo de controles, a fines del año pasado, la Afip dictó una resolución que determina que los bancos deben informarles sobre las cuentas corrientes y las operaciones que efectúen sus titulares que acrediten cifras superiores a 10.000 pesos mensuales, plazos fijos por el mismo monto y consumos mensuales de tarjetas de débito por más de 1.000 pesos.
El monotributo abarca, en sus distintas categorías, a aquellas personas que facturan anualmente entre 12.000 y 144.000 pesos, diferenciando entre los que prestan servicios y los que venden bienes, ya que para los primeros el límite máximo es de 72.000 pesos anuales.
Este aumento en la recategorización vendrá a incrementar la recaudación tributaria para este año, que se estima en 233.000 millones de pesos, aunque analistas privados aseguran que habrá otros 36.000 millones adicionales por la subestimación del crecimiento económico.
Durante los últimos cinco años, la recaudación tributaria no ha parado de crecer por la mayor actividad, la mejora de los salarios, y el avance en el cumplimiento tributario.
El año pasado, con relación de 2006, la recaudación de la administración pública nacional aumentó 33,2% para sumar 199.781,2 millones de pesos.
Fueron casi 50.000 millones de pesos más que en 2006 y bastante más si se compara contra los 118.000 millones recaudados en 2005.
Pero esta sucesión de récords se apoya también sobre la mayor presión fiscal de la historia, que el año pasado llegó a 26,1 por ciento, al medir la participación de la recaudación sobre el Producto Interno Bruto (PIB).
En 2008, si se computan tributos provinciales y municipales, para quienes operan en blanco, en algunos casos la presión impositiva llegaría a 40%. (Télam).
