Valerie Begue, de 22 años, de Reunión, ganó el concurso de belleza, que es tomado con mayor seriedad en Francia que en muchos otros países, en una ceremonia transmitida por televisión el 8 de diciembre.
Pero su reinado amenazó con tener una vida corta después de que una revista publicara una serie de fotografías subidas de tono, en las cuales ella aparecía tendida en una pose similar a la de la crucifixión mientras usaba una bikini o lamiendo leche condensada de forma sugerente.
Las reglas del concurso prohíben a las participantes aparecer en fotografías sugerentes o desnudas y la presidenta de Miss Francia, Genevieve de Fontenay, pidió a Begue que renunciara a su título cuando las imágenes fueron publicadas.
Begue se negó, diciendo que las fotografías, tomadas hace tres años, habían sido publicadas sin su consentimiento y, a la luz del apoyo público, los organizadores cedieron.
"Sentimos que ya que había sido elegida frente a 9 millones de televidentes, enfrentada a este público que nunca había visto las fotografías, no podíamos quitarle el título," dijo de Fontenay en una conferencia de prensa en París.
El asunto despertó una gran controversia en Reunión, el departamento de ultramar de Francia situado en el Océano Indico de donde proviene Begue y donde varios miembros del Parlamento y políticos locales hablaron en su defensa.
El obispo de Saint-Denis de La Reunión dijo que mientras la fotografía de Begue tendida en una cruz como Cristo insultaba a los cristianos, era un "error de juventud" y que se negaba a ser considerado aliado de aquellos que buscaban quitarle su título.
Christian Estrosi, ministro delegado de Ordenación Territorial, también defendió a Begue en la radio durante la semana y saludó la decisión de que le dejaran conservar su corona.(Reuters)
