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El verano empieza mañana

El verano empieza mañana
Contra la creencia de que el verano siempre empieza el 21 de diciembre, este año lo hará recién el sábado, lo que significa que en el hemisferio Sur este 22 será el día más largo, seguido de la noche más corta; mientras que el norte recibirá la noche más larga y el día más corto, es decir, el invierno.
Desde épocas ancestrales, ambos fenómenos -que explicitan un riguroso e infalible orden celeste- han sido celebrados con bailes y ritos de fuego en homenaje al Sol, principio de la vida.

En un caso, dado que el arribo del verano implica que los días empezarán a acortarse, se encendían antorchas para ayudar al Sol a renovar su energía; en el otro, debido a que el comienzo del invierno trae aparejado el alargamiento de los días, se festejaba el nacimiento del Sol Invicto que vencía a las tinieblas.

Más acá en el tiempo, cuando un sacerdote interrogó a Nicolás Copérnico acerca de lo que observaba con tanta obstinación en el cielo a través de la ventana de su celda, el célebre astrónomo respondió: "Miro el orden para tratar de entenderlo".

Visto desde al Tierra, el Sol se mueve durante el año hacia el Norte y hacia el Sur, y en ese ir y venir los solsticios o comienzo del verano y del invierno, son los momentos en los que la posición del Sol sobre la esfera celeste alcanza sus posiciones más boreales o australes.

Dicho de otra forma, los solsticios son los dos puntos de la esfera celeste en la que el Sol alcanza su máxima declinación norte (23 grados 26') y su máxima declinación sur (-23 grados 26') con respecto al Ecuador celeste.

Entre el 21 y el 22 de diciembre de cada año, el Polo Sur de la Tierra apunta 66,56 grados más arriba del Sol y esto es lo que hace que sus rayos lleguen directos al Trópico de Capricornio.

El solsticio se debe a la inclinación con que la Tierra orbita alrededor del Sol: su eje mantiene un ángulo de 23,26 grados con respecto a la órbita que anualmente dibuja a su alrededor.

Si en el solsticio de verano del hemisferio Sur (diciembre) el Sol alcanza el cenit al mediodía sobre el Trópico de Capricornio; en el solsticio de verano del hemisferio Norte (junio) alcanza el cenit al mediodía sobre el Trópico de Cáncer.

El tiempo en que esto ocurre es en realidad muy breve, ya que la Tierra viaja a 40.280 kilómetros por hora alrededor del Sol.

Como además la Tierra también gira sobre su eje, el solsticio puede caer en cualquier lugar de uno de los dos trópicos, en diversos días y horas, lo que significa que las estaciones no tienen fecha precisa de comienzo.

En 2007, el solsticio de Verano en el Sur y de Invierno en el Norte será el 22 de diciembre a las 03:08 hora de Argentina.

En el hemisferio sur, la consecuencia más palpable del comienzo del verano será que al mediodía, en las zonas próximas al Trópico de Capricornio (23 grados de latitud sur) los objetos verticales no proyectarán sombra o lo harán mínimamente.

Lo dicho podrá apreciarse especialmente en las provincias argentinas de Tucumán, Salta, Jujuy, Formosa, Chaco y Misiones; en Antofagasta, Chile; en Asunción, Paraguay; y en San Pablo y Río de Janeiro, Brasil.

En realidad, no es algo que pueda verse sólo ese día, ya que desde el 18 de diciembre el Sol parece encontrarse estático: amanece por el Este y se pone por el Oeste en el mismo lugar, y al mediodía culmina en el mismo ángulo del cielo. No por nada, etimológicamente, solsticio significa Sol quieto.

El próximo sábado 22, la Tierra le mostrará al Sol su Trópico de Capricornio, lo que hará que en los países boreales las sombras alcanzarán su máxima longitud en dirección al norte, mientras que en los australes, se proyectarán al sur en su mínima longitud.

Ese día en el polo Norte el Sol no saldrá, se mantendrá siempre 23 grados abajo del horizonte; en el Trópico de Cáncer estará sobre el horizonte por 10,6 horas; en el Ecuador, durante 12; en el Trópico de Capricornio, 13,4 horas; y en el Polo Sur, 24 horas.

En Chile, miles de atacameños y aymaras acostumbran a celebrar el comienzo del verano en el Sur con rogativas especiales frente al Hito Monumental al Trópico de Capricornio que se encuentra al norte de Antofagasta y que es un calendario solar de gran precisión para calcular las estaciones, como otros más antiguos que se hallan en México, Bolivia y Perú.

Sucede que, aun sin los conocimientos de Copérnico, los pueblos originarios también admiran y le rinden culto al orden del Universo, sin el cual ninguna vida sería posible.

(Télam, por Ana María Bertolini)

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