A las 16 de ayer, la Junta Electoral bonaerense resolvió una inevitable postergación de la entrega de diplomas a intendentes y legisladores provinciales prevista para hoy a las 15. Todos fueron puestos en alerta para ser convocados en cualquier momento del fin de semana, según cómo avance el recuento.
Pero nada es seguro en el escrutinio más dificultoso desde la vuelta a la democracia, atiborrado de errores en las actas y de denuncias de fraude en distritos clave. La situación es compleja. El recuento está completo sólo en tres secciones electorales. Faltan contar votos de Lomas de Zamora, Florencio Varela, Quilmes, La Matanza y todo el interior.
En la justicia electoral dicen que terminarán el fin de semana, pero no es suficiente. Ayer, el juez electoral Manuel Blanco fue explícito: "No puedo violar el Código Electoral. Hay que terminar el escrutinio y llamar a una audiencia con los partidos para que acaten el resultado. Si apelan, puede haber más demoras".
Esa grave situación ayer fue motivo de preocupación. No faltaron roces ni reproches. Todos aseguran que habrá audiencia inmediata después de terminado el escrutinio. Y que será antes del lunes.
El gran temor es que no pueda haber recambio en los municipios ni en la Legislatura, lo que pone en riesgo la conformación de la Asamblea Legislativa para proclamar a Scioli.
Pero hay un plan de emergencia si el retraso continúa: esperar a último momento el recuento en la mayor cantidad posible de secciones, diplomar a los legisladores lo más cerca de la asunción posible y asegurar quórum para la sesión que proclame a Scioli. No importa que el escrutinio no esté completo, tal como lo exige la Constitución.
No todos ven bien esa posibilidad, sobre todo en la Justicia. "Hay que respetar la ley. Ahora están todos apurados. Hubieran hecho internas partidarias y no tendríamos este lío", dijo una calificada fuente judicial.
En el caso de los gobiernos locales, hay un antecedente. En 1991, en Avellaneda hubo incertidumbre en el recuento hasta el 10 de diciembre. El caso llegó a la Cámara Nacional Electoral, que prorrogó siete días el mandato del intendente saliente.
En cambio, en el caso del gobernador hay un vacío legal. Si caducan los mandatos, la Legislatura debería votar una ley para ordenar la situación. La cuestión es que si no asumen los diputados y senadores electos tampoco sería posible sesionar para regularizar el embrollo institucional. Nadie sabe bien qué se haría en ese caso.
Por eso existe tanta presión política para que el lunes haya asunciones en todos los niveles. Sí o sí. Que asuman los 46 diputados y 23 senadores provinciales y todos los intendentes. "Hay que evitar complicaciones peores", dicen.
