Fue el sábado último en el colegio Marín y estuvieron presentes el obispo de la diócesis, Monseñor Jorge Casaretto y el Vicario para la Pastoral Social, P. Anibal Filippini.
En diferentes talleres los participantes deliberaron y elaboraron propuestas sobre ciudadanía, inclusión social, niñez y adolescencia, medio ambiente y seguridad ciudadana. También hubo puestos de los distintos equipo pastorales donde se exhibieron materiales, imágenes y trabajos.
El obispo Casaretto contestó una serie de preguntas, confeccionadas también por los grupos, con relación al papel del laico en la evangelización de la sociedad, el acompañamiento de la jerarquía eclesial en esta tarea de transformación social, y la mirada de la Iglesia sobre cuestiones como el medio ambiente, las adicciones y el compromiso ciudadano, entre otros.
El titular de la Diócesis de San Isidro destacó las líneas del Concilio Vaticano II (CV II) como la guía apropiada para comprender el lugar que le corresponde asumir al laico en el actual momento histórico.
Este Concilio fue convocado por el Papa Juan XXIII, en los años '60, con la mira puesta en promover el desarrollo de la fe católica, renovar la vida cristiana de los fieles y adaptar la disciplina eclesiástica a las necesidades y métodos de nuestro tiempo.
El obispo explicó que el CV II promueve el compromiso del laico con su comunidad y con el mundo. "La Iglesia y el mundo son ámbitos para el servicio" expresó el Obispo y destacó: "La Fe es la sustancia de la vida y esto lo lleva (al laico) a estar más comprometido con su comunidad".
Monseñor Casaretto manifestó que el clero no es especialista en las cuestiones sociales, por lo que corresponde al laico encargarse de las realidades de su comunidad, y a los consagrados iluminar con los principios doctrinales de la Iglesia. "Esa síntesis de principios y realidades dicta los caminos que hay que recorrer" resumió el obispo.
El prelado caracterizó a la sociedad actual como "muy fragmentada". En este sentido exhortó a los laicos a "ser más servidores" y a "convocar a muchos" para promover la transformación social de acuerdo con los valores del Reino de paz, amor y justicia. "La Argentina necesita ser pastoreada desde la paz social" puntualizó.
Fermento y sal
Tras las palabras del Obispo, el Vicario para la Pastoral Social, P. Anibal Filippini, utilizó el documento elaborado este año por los Obispos, durante la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, en Aparecida, Brasil, para precisar las líneas del trabajo diocesano de la Pastoral Social.
El padre Anibal se refirió particularmente al acápite Nº 384 del Documento. "Nuestra meta es la vida digna de todos y todas" sostuvo el sacerdote sobre el horizonte que guía la tarea de los equipos pastorales y puso de relieve el "desafío" que implica realizar esta tarea "codo a codo con las otras instituciones de la sociedad civil".
El P. Anibal enfatizó el hecho de no buscar protagonismos o liderazgos. "Nos descubrimos trabajando junto a los otros y descubrimos cuanto tenemos para aportar" explicó el pastor y destacó: "El modo no es el del que tiene el poder, sino como el fermento en la masa, como la sal en la comida, que se mezclan sin destacarse".
El Encuentro Diocesano de Pastoral Social concluyó con la celebración de la Eucaristía a cargo del padre Anibal. En las próximas semanas se darán a conocer las propuestas y las líneas de acción elaboradas por los talleres.
