La última víctima se llamaba Danilo Melo. Tenía 25 años y falleció en cumplimento del deber. Circulaba a toda velocidad por las calles de Junín, en medio de un operativo, y otra patrulla que acudió en su apoyo lo embistió de lleno, según publica el diario Hoy.
La muerte de este oficial se suma a la de otros quince policías, de los cuales ocho dejaron su vida a bordo del móvil en actos de servicio. Otro, quizás el caso más curioso, falleció al disparársele accidentalmente su arma reglamentaria.
Si se comparan estas cifras con la de uniformados caídos en enfrentamientos, el número es superior en 10 casos. Según el ministerio de Seguridad bonaerense, en lo que va del año seis agentes fueron ultimados en tiroteos y uno por un crimen pasional (pese a que los seguimientos extraoficiales elevan esta cifra a por lo menos cinco más).
En relación al año pasado, asimismo, el número de policías muertos en accidentes es superior. En 2006 fueron trece las víctimas. Mientras que en 2005 fueron quince.
