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Migrantes: En la búsqueda de trabajo y dignidad lejos de casa

La Pastoral de Migrantes de la Diócesis de San Isidro apoya y contiene a los hombres mujeres que llegan a la zona, desde países vecinos, para encontrar una vida más digna. “El migrante es el más necesitado entre los necesitados” sostienen.
“A la zona norte los migrantes vienen con urgencias económicas. Buscan una vida más digna. No hay motivos políticos o de otra índole. En general, traen muchas expectativas que después les cuesta cumplir”.

La opinión de Luis Rosales, uno de los referentes de la Pastoral de Migrantes de la Diócesis de San Isidro, refleja un fenómeno que dejó de ser invisible para los vecinos de los cuatro municipios de la región.

Según los datos que maneja este equipo de la Pastoral Social diocesana, el programa Patria Grande, de documentación para migrantes latinoamericanos –donde el equipo participó este año- registró en la zona a más de 7.000 llegados de países vecinos como Perú, Paraguay, Bolivia y en menor medida Brasil, Uruguay y Chile.

Una de las tareas de la Pastoral es la de difundir los derechos y obligaciones de los migrantes e integrarlos a la comuniudad. También organizan un encuentro anual de comunidades donde se comparte música, comidas típicas y bailes, pero también noticias de los pueblos de origen, preocupaciones y experiencias de la vida cotidiana.

“Un tema acuciante es el de la salud –apunta a su turno Claudia Pierotti, también referente de la Pastoral, y explica- es que en los hospitales no los atienden por desconocimiento de la Ley Nº 25.871, de migraciones, que establece, entre otras cosas, que no se le puede negar a un extranjero el derecho a la salud, asistencia social y atención sanitaria, aunque su situación sea irregular”.

“En general viene la familia completa” agrega Pierotti y enumera una serie de trabajos donde se conchaban los migrantes: “los hombres trabajan en la construcción, en seguridad privada y en albañilería. Las mujeres en servicio doméstico y talleres. La familia en conjunto, en puestos de frutas y verduras”.

Para Rosales la opción pastoral por los migrantes que debe tener la Iglesia es clara. “El migrante sufre desarraigo y busca una vida más digna es el más necesitado entre los necesitados” enfatiza.
Este 2 de Setiembre se conmemora el Día del Migrante. Buen momento para analizar situaciones y perspectivas. “Históricamente hay una conciencia de unidad latinoamericana –sostienen en el equipo- afectada a veces por intereses económicos de afuera y de adentro. Pero tenemos una lengua una historia y una religiosidad en común. Esta afinidad es lo valedero de este tiempo”.

Los migrantes que necesiten contactar a este equipo diocesano de la Pastoral Social pueden hacerlo los martes, de 14 a 18, en la Casa Pastoral, situada en Ituzaingó 90, San Isidro, TE 4575-4218.

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