Como hace cuatro décadas Litto Nebbia, Ciro Fogliatta, Kay Galiffi y Alfredo Toth otra vez cruzaron sus caminos, que tuvo su puntapié inicial de una gira que los llevará por el interior y países limítrofes, en la ciudad de Rosario hace un mes, que junto con el fallecido Oscar Moro en batería, fueron protagonistas de la génesis del rock de autor en español por estas tierras y más allá de las fronteras. Esta vez, Los Gatos contaron con dos bateristas históricos de la escena local: Rodolfo García, ex Almendra, y Daniel Colombres.
Desde el arranque sin discurso ni saludo mediante pusieron la canción Lágrimas de maría como puerto de salida. El repertorio permitió apreciar las múltiples facetas de las composiciones de Nebbia en Los Gatos con sus referencias al beat y al pop inglés en Yo vivía en las montañas y Seremos amigos, a la psicodelia con Chica del paraguas y Esperando a Dios.
Estos nuevos Gatos aparte de generar su regreso a los escenarios, anunciaron que en los próximos meses habrá un nuevo disco con temas inéditos, del cual cantaron como adelanto Cuando falta un aliento.
Interpretando el sonido de las primera versiones, la voz de Nebbia está cristalina y en un estado excelente, el órgano Hammond de Fogliatta una marca registrada, la guitarra de Galiffi en estado de gracia divina que se aunaron con la base de Toth en el bajo.
No faltó el momento de rock and blues con el Rock de la mujer perdida y Mujer de carbón en memoria de Norberto “Pappo” Napolitano, quien también integró la banda. Luego, Nebbia invitó a Fito Páez para homenajear a la Trova Rosarina interpretando No te caigas, campeón, más tarde volvería al escenario para cantar La Balsa, en un renovada y fresca versión.
La ansiedad y el pedido del público, una persona clamó por La balsa al principio del concierto, por escuchar los temas se hacia sentir a cada momento, hasta que Litto aplacó el fuego diciendo: “no sean ansiosos ya van a llegar”. Al instante prosiguieron con Viento dile a la lluvia.
El momento beat con toques latinos llegó de la mano de Lo olvidarás, Madre, escúchame y el clásico Ayer Nomás. También el rock progresivo de comienzos de los 70 dijo presente en No fui hecho para esta tierra y Fuera de la ley que constituyó uno de los puntos altos del recital, que recreó la extensa zapada del disco original.
A parte de Páez, en la platea del Rex se pudo a ver a Nito Mestre, Roy Quiroga, baterista de Los Ratones Paranoicos, Pepe Céspedes, bajista de Bersuit Vergarabat y en detrás de la consola a un entusiasmado Andrés Calamaro siguiendo con mucha atención el show. Luego, tras retirarse antes del cierre, le dijo a la prensa que "hoy es un día histórico para el rock".
El rey lloró y Réquiem para un hombre feliz marcó el fin del viaje en la máquina del tiempo y los espectadores aplaudiendo y ovacionando de pie a cuatro músicos que decidieron cambiar el rumbo hace 40 años en una balsa de madera que 40 años después le dan un nuevo significado al dicho popular que señala que todos los caminos conducen a Roma, en éste caso todos los caminos conducen a Los Gatos, padres fundadores de nuestro rock. Y sí, a partir de ese día nada volvió a ser igual.
Luis Viviant
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