Un informe dado a conocer por la cartera de Salud indica que "casi el 80 por ciento de los niños en edad escolar se rasca la cabeza sin pausa a raíz de la pediculosis".
"El problema es que en el afán de erradicar al insecto y sus huevos se está difundiendo el peligroso uso de las famosas 'pipetas' que, en realidad, sirven para combatir las pulgas de perros y gatos, pero que si usan en la cabeza de los chicos derivan en serios cuadros de intoxicación", dijo el Ministerio.
Mate precisó que "en los hospitales provinciales hemos recibido una gran cantidad de casos y lo más grave es que esta idea errónea está pasando de boca en boca, sin medir las consecuencias que puede tener en un chico el uso de una plaguicida que, en realidad, es de uso veterinario".
"En la mayoría de los casos las pipetas contienen una droga llamada fipronil", destacó el ministro.
Además, señaló que "los casos que hemos visto en niños presentaron irritación local o, por suerte, los padres hicieron la consulta telefónica en forma preventiva, es decir, antes de usarlo".
"En su mayoría se trata de gente de buen nivel económico y comentan que el consejo de utilizar la pipeta contra los piojos es difundido entre las madres de los chicos que van a un mismo colegio o a un mismo club, y hasta ha habido gente que dijo que se lo recomendó su veterinario, lo cual es una barbaridad", dijo la jefa del Servicio de Toxicología provincial, Ana María Girardelli.
Ese servicio, que funciona en el hospital de niños de La Plata, asiste 1600 casos de intoxicaciones por plaguicidas por año, de los cuales un 70 por ciento son producidos por agroquímicos.
"Las consecuencias del uso de pulguicidas para combatir los piojos son alarmantes y abarcan una amplia gama de síntomas: desde la pérdida de pelo en el lugar de la cabeza donde se aplica, irritación, náuseas y vómitos pasando a los más graves, en concreto, la afectación del Sistema Nervioso Central, que puede desencadenar convulsiones, irritabilidad, alteraciones del comportamiento, debilidad y desorientación", explicó la médica.
En los casos más graves, los "efectos tóxicos pueden derivar en trastornos crónicos del hígado, glándula tiroidea y riñón".
Alicia Rositto, dermatóloga del hospital de Niños platense, dijo que "no existen tratamientos preventivos eficaces".
Por eso, recomendó a los padres pasar a los niños peine fino durante el baño diario con la ayuda de una crema de enjuague.
Rositto advirtió que este sistema no sirve para desprender las liendres.
"Tampoco de nada sirve realizar los tratamientos que se ofrecen en el mercado o sacar los piojos en forma regular con el peine fino, si no se toman medidas" de higiene o colocar en lugares fríos los utensilios usados en la limpieza de piojos porque los insectos viven a temperaturas de 30 grados, añadió.(DyN)
