El testigo que denunció amenazas es Pedro Villar, quien declaró "que el acusado no era quien transportaba a la presunta
víctima, sino otro transportista".
"Ello descalificó el argumento de uno de los denunciantes", señaló PROALTES a través de un comunicado de prensa, por cuanto éste, lo habría amenazado de muerte a Villar.
El acusado es Mario Ochoa, de 54 años, casado y padre de un niño con síndorme de Down, quien aparentemente intervenía a favor de sus pares cuando éstos eran abusados.
Según el relato de los jóvenes que declararon en el juzgado -a quienes el chofer transportaba de sus casas a la escuela, lugares de trabajos y colonias de veraneo-, Ochoa perpetraba los abusos dentro de la camioneta y en su domicilio.
Los jóvenes, asistidos por los peritos judiciales, explicaron que el hombre los desnudaba, los manoseaba, los hacía manosearse entre ellos, los fotografiaba y los filmaba.
Según consta en la causa, una de las nenas relató estos hechos a una de sus maestras, quien notificó lo sucedido a la directora del colegio y ésta a los padres de los niños implicados.
Los supuestos abusos -que según los testimonios, empezaron en 2002 y se extendieron durante más de un año-, involucran a adultos y jóvenes, que en ese momento eran menores de edad, que viven, estudian y trabajan en las comunas de Tigre, Vicente López y San Fernando, en el norte del conurbano bonaerense.