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"Todos miran hacia otro lado", dice el investigador de la muerte del hincha de Tigre

La muerte del hincha de Tigre Marcelo Cejas, de 41 años, en las adyacencias de la cancha de Nueva Chicago hace dos semanas, reavivó una polémica que el escritor e investigador Amílcar Romero caracterizó como !n1"incorregible, porque nadie va a fondo para solucionarla".
En diálogo con Télam, el investigador periodístico responsabilizó "a los factores de poder que al cabo de cuatro décadas siempre miraron para otro lado".

El crimen ocurrido en Mataderos no sorprendió al autor de "Muerte en la cancha" (1985), un clásico sobre la violencia en el fútbol argentino como "mal endémico", según su propia definición del "fenómeno social que agrede".

"Los distintos gobiernos de turno esperan que actúe la AFA y la Policía, en tanto la dirigencia deportiva cree que la violencia social es un problema de Estado", añadió el ensayista.

"La ley lleva más de veinte años de vigencia, pero no siempre se aplica", insistió.

Romero, nacido en Quilmes, donde se inició como periodista hace cuatro décadas, se mostró "escéptico" sobre las medidas del Coprosede, el organismo bonaerense de seguridad deportiva, también del que ejerce el ex árbitro, Javier Castrilli, en el ámbito de la Capital Federal.

"Las muertes emergen de la violencia y marginalidad social, seguidas de la delincuencia en que se ampara el fútbol, pero también de la connivencia de los dirigentes con los violentos, al tiempo que el Estado no aplica la ley", subrayó.

"En abril de 1967 el juez Jorge Moras Monn caracterizó a los homicidas del hincha de Racing, Héctor Souto -estudiante de 17 años- como una manifestación social de delincuencia organizada, dando bautismo a las barrabravas en un recordado dictamen jurídico", puntualizó.

El episodio ocurrió en la cancha de Huracán y Souto fue emboscado por un grupo de hinchas que quería rescatar una sombrilla con los colores del 'globito', según los testimonios periodísticos de aquel tiempo.

"Tres años más tarde, por un Torneo Argentino entre selecciones del fútbol bonaerense, un representativo marplatense debió salir de Olavarría custodiado por tanques del Ejército", recordó.

"Eran tiempos de la dictadura blanda, pero la violencia ya existía", añadió.

"Y en un orden más general, Inglaterra ya exhibía como fenómeno social el comienzo de los hooligans como una expresión de la violencia entronizada en el fútbol", describió.
Romero, respaldado por una larga trayectoria en el estudio de la violencia en el fútbol, sostuvo que un "deporte-espectáculo como el fútbol explota a las multitudes, al tiempo que estrecha lazos con la ciencia y la tecnología".

"Pero paralelamente los mismos dueños de la pelota en el fútbol argentino abandonan el sentido masivo de la concurrencia cuando priorizan los intereses de holdings multinacionales. Al cabo, hay más gente viendo fútbol por televisión en los bares que en las canchas", ironizó.

"Ya en 1960, Dante Panzeri escribía sobre dirigentes venales, a los que señalaba tan responsables como los ejecutores de los crímenesá en cualquier cancha de fútbol", remarcó Romero.

"Los barras se fueron entronizando en los clubes como parte de la desintegración social observada a partir de los 60 y agravada en los 70, cuando Argentina derivó hacia el cuentapropismo y con (José) Martínez de Hoz, entre Munro, San Martín y La Matanza cerraron 7 mil fábricas", analizó.

"En los 80 esa insatisfacción básica derivó hacia grupos de poder y el resto lo hizo la intolerancia de sectores marginales que se metieron en las entretelas de la dirigencia política y futbolera", desgranó.

Romero puntualizó que "de los casi 250 muertos por causas de violencia en las canchas de fútbol, cuyo registro data del caso Mario Linker en 1958, caído por la represión policial en un Vélez-River, unos 200 se corresponden con la gestión del presidente de AFA, Julio Grondona, y en el tiempo, desde el comienzo de la dictadura militar", concluyó.

Por lo pronto, en las próximas horas desde el Coprosede se puede cerrar la prohibición de concurrencia de hinchas visitantes también a los encuentros de primera división, como ya lo aprobara para la temporada 2007-2008 con todas las categorías de ascenso.

(Télam, por José Luis Ponsico)

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