La posibilidad de que las petroleras decidan suspender los pagos de combustible con tarjetas busca mejorar la rentabilidad de los estacioneros, que aseguran que no tienen margen para subsistir.
"Venimos bregando para que se lo elimine, porque el costo de trabajar con tarjetas es alto para nosotros, afecta nuestra rentabilidad", aseguró Marcelo Rovasio, titular de la Confederación de Entidades de Comercio de Hidrocarburos (CECHA).
La venta con tarjeta de crédito tiene un costo que oscila entre 1,25 por ciento y 1,50 por ciento, según la tarjeta con la que opera el estacionero; en tanto que para las operaciones con la de débito, es del orden del 1 por ciento.
Esta operatoria tiene un inconveniente adicional para el estacionero ya que cuando se trata de operaciones con tarjeta de crédito debe esperar entre 15 y 18 días hábiles para hacerse con el efectivo, y tres días cuando se emplea la de débito.
"El cobro no es automático como muchos creen, nos pagan tres días después de concretada la venta", indicó Luis Leyro de una expendedora capitalina, quien admite que su utilización incrementa las ventas, "pero en el recuento final no suben los números",
