Las llamas destruyeron 220 casas y estructuras y hasta esta mañana se habían quemado mas de 800 hectáreas, mientras los 750 bomberos que luchan contra las llamas esperaban contener el fuego cuando cesaran los vientos.
El fuego aumentó los temores de una devastadora temporada de incendios forestales este verano en el oeste de Estados Unidos, tras una larga sequía.
El incendio, considerado uno de los peores en el área en los últimos 50 años, también demostró el creciente peligro que corren las propiedades construidas en medio de los bosques.- (Télam)