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Un anciano canadiense muere de un paro durante un asalto en San Isidro

Un canadiense de 85 años murió de un infarto cuando era amenazado por tres delincuentes que ingresaron a robar a una casa de la ciudad de Mar del Plata, donde ya habían encerrado a la mujer que cuidaba a la víctima que estaba enferma y ahorraba dinero para una intervención quirúrgica.
Fuentes policiales informaron que se trata del segundo caso en poco más de 72 horas ocurrido en la provincia de Buenos Aires en el que una persona mayor muere a raíz de la tensión sufrida durante un asalto.

En el último episodio, el anciano, identificado por la policía como Rafaelle Greco, murió de un paro cardíaco en momentos en que uno de los asaltantes le presionó el tórax para que confesara donde guardaba la plata de su pensión.

Los investigadores creen que los delincuentes, aún prófugos, tenían información sobre los movimientos de la casa y del dinero que podía llegar a tener ahorrado la víctima.

Las fuentes señalaron que el hecho ocurrió ayer en una casa ubicada en la calle Don Bosco al 3100, en el barrio marplatense de Bernardino Rivadavia, donde Greco residía solo aunque al cuidado de una mujer de 75 años ya que padecía de una enfermedad.

Todo se inició a las 4, cuando tres delincuentes ingresaron a la vivienda luego de saltar una pared medianera que da a un patio interno donde subieron por un portón y luego extrajeron el vidrio de una ventana.

Los voceros consultados explicaron a Télam que ese vidrio no tenía contramarco sino que se hallaba adherido con un pegamento tipo "Fastix", circunstancia que facilitó su extracción.

Una vez dentro de la casa, los delincuentes se dirigieron a una de las habitaciones donde redujeron a la mujer que cuida de Greco, identificada como Blanca Rodríguez, y la dejaron encerrada.

Luego, el trío se dirigió hasta el dormitorio del anciano que estaba durmiendo y lo despertaron mediante amenazas para que entregara dinero en efectivo, dijeron los informantes.

Las fuentes indicaron que Greco percibía una pensión de Canadá y ahorraba plata para someterse a una operación, información que aparentemente conocían los delincuentes.

Cuando uno de los asaltantes se puso sobre el anciano y le colocó al menos una de sus rodillas en el pecho para que revelara donde guardaba el dinero, sumado a la tensión del momento, el hombre sufrió un paro cardíaco.

Luego, los delincuentes aparentemente se apoderaron de dólares canadienses, por un valor aproximado a los 4.000 pesos, y huyeron de la vivienda, dijeron los informantes.

Tras el asalto, la mujer que cuidaba de Greco zafó del encierro y a través del número 911 de emergencias alertó sobre lo ocurrido a la policía.

Poco después, arribaron al lugar del hecho los efectivos de la comisaría cuarta de Mar del Plata que hallaron a Greco muerto, boca arriba sobre la cama de su habitación.

El médico de policía estableció que la causa de la muerte fue un paro cardíaco no traumático y que aparentemente se debió a la obstrucción de las vías respiratorias cuando el ladrón le presionó el tórax aunque esto último se confirmará con la autopsia, precisaron los voceros.

Los pesquisas creen que los delincuente realizaron previamente al asalto tareas de inteligencia para estudiar la forma de acceder a la casa de la víctima de la forma más simple posible, añadieron los informantes.

En tanto, el jueves pasado a la tarde, Edmunda de Calpanchian, de 72 años, fue encontrada muerta y maniatada en la cama de su casa en su casa de la localidad bonaerense de Boulogne, partido de San Isidro, donde aparentemente habían ingresado a robar dos delincuentes.

El hallazgo del cuerpo ocurrió luego que una vecina avisara al número de emergencias 911 que había observado a dos hombres que salían de la vivienda cargando bolsos.

Al ingresar, la policía encontró a la mujer fallecida en su cama y la vivienda revuelta.

Los investigadores ante la falta de violencia en el cadáver presumen que la mujer murió al sufrir un paro cardíaco.

La pesquisa de este caso quedó a cargo del personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro y de la Unidad Funcional de Instrucción 2 de Boulogne.

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