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El intendente Gustavo Posse y la urbanización de La Cava

urbanización de La Cava
En una extensa entrevista radial, el intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse, informó hoy pormenorizadamente sobre la marcha de la urbanización de villas y asentamientos en el distrito, particularmente del barrio La Cava.
En tal sentido, el jefe comunal dialogó con el periodista Ignacio Riverol, del programa “Buenas Razones”, por Radio América (Am 1190), dando sus impresiones sobre la marcha del Plan Federal de Viviendas a nivel local, con ese objetivo.

En la oportunidad, se registró el siguiente diálogo por la emisora capitalina:

Ignacio Riverol: Recuerdo muy bien haber conversado en varias oportunidades con usted sobre los planes, por ejemplo, para el tan conocido y popular barrio de La Cava y ahora, por supuesto, esos planes continúan. ¿Cómo se instrumenta la política de urbanización en el partido, Intendente?

Gustavo Posse: Esto es el Plan Federal de Viviendas de la Nación y cuando se firmaron estos convenios. Nosotros lo que habíamos hecho era una preparación desde el año 98 - que usted mismo la difundió en aquella época- que fue el plan de Censo Cerrado que significaba un acuerdo social con los vecinos de las villas- en este caso, de este distrito- en donde nosotros decíamos que en caso de ser Gobierno en el año 99 no iba a admitir la incorporación de ninguna persona más en las villas cuando hubiese planes de viviendas. El plan cerró en el año 2001 y por suerte vino el Plan Federal de Viviendas, lo cual nos dio una posibilidad enorme de poder trabajar en la urbanización completa del lugar. Teníamos hecho el pre censo; teníamos hecho el censo catastral; la individualización aero fotométrica, inclusive, de cada una de las unidades; teníamos declaraciones juradas vivienda por vivienda de cada uno de los habitantes del lugar. Así que ahora ya estamos en un avance del 40% de obras en La Cava y en todas las villas de los alrededores. Esto significa que a este ritmo de obras en dos años más- dos años y fracción en algunas de las otras villas- no hay más villas en San Isidro y esto en el marco de las 273 mil viviendas que se llevan adelante a lo largo de todo el país.

IR: La pregunta más difícil, Gustavo: el centro de la villa, lo que es La Cava, ¿cómo técnicamente se soluciona dentro de este plan ese tema, por ejemplo?

GP: Urbanización. Se abren todas las calles, de hecho está ocurriendo. Es complejísimo porque los que viven ahí son seres humanos. Se han formado como barrios satélites en los alrededores, en donde a la gente se la saca de La Cava, van a esas viviendas provisorias mientras se construye en el lugar en donde antes había casillas, mientras se abren las calles, se hacen las veredas; las viviendas vienen acompañadas además de un porcentaje que es para infraestructura con lo cual se lleva el agua corriente, el gas natural, se llevan las cloacas, se lleva toda la prevención en materias de pluviales, se hacen los centros de salud, los centros de educación, se conservan los espacios verdes y se trabaja además con una densidad poblacional que es baja. Este fue el mérito de haber empezado con tanta antelación, que dio la posibilidad de que ahora cuando empezó esta posibilidad de hacer viviendas no hay tantos habitantes que hubiesen ingresado en los últimos años y hubo un crecimiento equitativo bastante normal, significa que hoy es posible llegar a la urbanización completa de la villa casi como en ningún lado. Igualmente, hay muchos modelos de estos que se aplican al país.

IR: ¿Cuántos habitantes tiene hoy el barrio?

GP: Tenía 32 mil y hoy quedan 8.300 más o menos.

IR: ¿Y el resto? ¿Está urbanizado, está en otros barrios?

GP: Hubo muy buenos intendentes antes, el caso de mi padre que fue intendente muchos años...

IR: Empezó a trabajar de afuera hacia adentro, abriendo calles, soñando con eso.

GP: Exactamente. Aparte, él era médico pediatra, sanitarista, conocía de esto. Bueno, lo que se hizo en aquella época es mucha tarea de gente que tenía terrenos en otros lugares del Gran Buenos Aires y se los ayudaba con materiales para que pudiesen salir del lugar.
Entonces, lo que nos distinguió en San Isidro es que nunca fuimos los que traíamos villa. Al contrario, nosotros esponjábamos población, acordábamos con el vecino y fuimos bajando la densidad. Hoy estamos trabajando con una densidad que es la del Código de Ordenamiento Urbano. Es decir, estamos en 270 o 280 personas por hectárea y la verdad es que es buenísimo porque imagínese que una villa puede tener, a veces, niveles de 800 personas por hectárea lo cual hace que muchas veces las soluciones fueron malas en la Argentina, como por ejemplo los “Fuertes Apaches”, hacer monoblocks: la gente pasa de una villa de casilla a una villa de cemento. Ya hay una Mesa de Integración- de esto la verdad que estamos orgullosos- que es la que hace el proceso de adjudicación y lleva adelante el proceso de convivencia con los vecinos. Es decir, cómo darles cultura, cómo ayudar para que un vecino que viene de una villa y no pagaba la luz, no paga el luz, no pagaba la vivienda se convierta en un propietario, alguien que piensa en cómo legarle eso a sus hijos y cómo los hijos se van acostumbrando a algo que después no se los va a poder sacar nadie de su cabeza, de su alma y de tenerlo que es vivir en una casa.

IR: Además, Gustavo, hay un tema de fondo que usted conoce muy bien y es que cuando se urbaniza, hay catastro, se censa, se tiene un control sociológico importante y serio se evita, por ejemplo, que se utilicen los famosos corredores del delito en este tipo de barrios.

GP: Claro. La manzana catastral es la gran solución, con la manzana catastral las calles son, en el caso de las urbanizaciones que hacemos nosotros son exactamente iguales al resto de las calles. Normalmente, tienen 14 metros de ancho de línea a línea, tienen el mismo tipo de cordón cuneta... Con el tiempo, nadie se va a acordar de que ahí estaba La Cava porque no lo va a distinguir.

IR: ¿Así nomás? Para alguien que no conocía, por ejemplo... ¿así nomás...?

GP: Uno en cualquier lugar del Gran Buenos Aires, ¿cómo se encuentra con una villa?: va por una calle, por una avenida y de repente se corta y ve casillas. Y, ¿cómo se entra al lugar?: por pasillos, por pasajes. Bueno, con lo que nosotros hacemos en todas las villas nadie se va a dar cuenta de aquí en adelante- salvo alguien que lo conocía con anterioridad- porque se sigue circulando por una calle, una calle con semáforos, con sendas peatonales... las calles se hacen con los mismos anchos. Lo cual, ojo, para llevar esto adelante quiere decir que hubo una firmeza anterior, un programa y la verdad es que le tenemos que agradecer, sobre todo, al Presidente de la Nación que aceptó nuestro proyecto y lo impulsó, sino no lo podríamos hacer.

IR: ¿Me dijo que en cuánto tiempo todo este plan estará terminado?

GP: A este ritmo de obra, en dos años y fracción no hay más villas.

IR: Ahora, Gustavo, ¡qué tema! Por ejemplo, la Ciudad que debe estar por votar en segunda vuelta tiene dos o tres barrios- la 1114 y demás- en donde eso es un desafío como agenda pública...

GP: Sí, pero ahí no existe la firmeza que nosotros teníamos de antes para que no proliferaran villas, ahí hasta como una omisión, una negligencia que permite que se siga haciendo eso. ¿Cuál es el problema cuando crece la cantidad de gente dentro de una villa?: impide la decisión para el que ya vive desde antes. Es decir, muchos meten la ideología en el medio de decir: "No, en realidad Posse no quería la villa...". Al contrario, nosotros queríamos la solución, por eso no permitíamos más gente.

IR: Además, no está mal no querer la villa.

GP: Claro, lo que queremos es haya barrio, ese es el asunto. Además, hay que tener siempre la cabeza abierta. Antes del Plan Federal de Viviendas... que a nosotros no está yendo óptimo y a muchas provincias les va bien y al Gran Buenos Aires... en donde está resuelto el problema del suelo va bien, el problema es en donde la densidad fue muy grande, que no se puede tanto, pero el plan avanza. Pero nosotros también hemos erradicado, consensuando con los vecinos, muchas villas de emergencia consiguiéndoles vivienda en otro lado. Las villas de Boulogne, las de la Horquilla y demás hoy no están más, la tierra se vendió y hay casas propietarias comunes y los vecinos acordaron ir a vivir a viviendas a otros lados. Cada villa tiene que tener un menú de opciones distinto para que pueda ser posible el plan.

IR: Gustavo, antes de despedirlo un tema que será, sin duda, cuando termine el capítulo porteño: el tema de la vida, los bienes, con un desafío para los gobernantes de la Provincia de solucionarlos... la delincuencia, la criminalidad... ¿Cómo están trabajando, cómo viene la cosa ahí, Gustavo?

GP: La zona es una zona distinta respecto de las estadísticas con las que vive y la calidad de vida con la que vive respecto al tema de la seguridad porque hay mucho volcado por parte de la Policía o del Municipio en apoyo de la Policía, hay mucho volcado por parte de las juntas vecinales con otro tipo de patrullaje, hay un patrullaje complementario que lo hace directamente el Municipio con horas adicionales que le compra a la provincia de Buenos Aires, que son vehículos pequeños con un agente municipal uniformado como municipal y un agente de Policía con horas adicionales. Es decir, las horas extra que le paga la Municipalidad al Policía. A su vez, hay mucha vigilancia privada también volcada, alguna buena y otra no tan buena. Esto hace que en el lugar- con el trabajo del Municipio, los foros de seguridad, etc.- haya una mejor labor y es una calidad de vida en donde si bien todavía no hay ningún laurel- y creo que no ocurrirá nunca de tener un laurel en donde dormirse respecto del tema de la seguridad- creo que detentamos una calidad vida que es mejor. Somos más ruidosos al momento de sufrir un dolor...

IR: Un ataque del crimen, claro.

GP: Pero, bueno, es nuestro derecho también.

IR: Claro, un desafío importante, como siempre. ¿Cómo está el hospital, que siempre le pregunto?

GP: Bien. Todos los hospitales: el Central, que es el que usted más conoce- el Materno- Infantil, que es el de más complejidad y el de Boulogne; doce centros de atención primaria; 18 centros de consultorios para gente que no tiene obra social, tanto de pediatría como de adultos hacen que tengamos tasas de mortalidad para adultos mayores o mortalidad infantil que son las más bajas del país. Por ejemplo: nuevamente tuvimos un año con menos del 8 por mil de mortalidad infantil. Quiere decir que estamos con un número que es similar al de los municipios, o las provincias o los estados de Canadá. En Sudamérica el promedio es del 21 por mil y quiere decir que entre lo peor y lo mejor que estamos haciendo nosotros significa que en un distrito este año- si hacemos las cosas bien- no morirían 350 chicos en su primer año de vida.

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