En el lugar, los representantes del orden se encontraron con un tatuador de 32 años que, con su hija de un año en brazos, mantenía el cañón de un revólver calibre 32 juntoa su cabeza y amenazaba con quitarse la vida.
Los hombres de azul solicitaron el apoyo del Grupo Halcón y de la Jefatura Departamental.
Tras casi siete horas de negociaciones, los uniformados lograron que el sujeto liberara a la niña, en una primera instancia y se entregara, después.
La causa fue caratulada "Suicidio en grado de Tentativa" con intervención de la UFI Nº 1 del Departamento Judicial de Tigre.