El sondeo se basó en el consumo cultural de los jóvenes, y arrojó como resultado que el mundo tecnológico – celulares, computadoras - se hace presente en sus habitaciones, pero con una fuerte presencia de libros y revistas.
Cuando se les consultó qué temían perder, la televisión (75 %) está por varios cuerpos por delante del celular (35 %) y la radio (25%). Mientras que un día divertido para los jóvenes es salir con amigos, entre tanto uno aburrido es dormir o ver televisión.
Tras haber escuchado los datos, Campanella, realizador del filme “Luna de Avellaneda”, dijo que la encuesta efectuada le resultó muy positiva ya que “los jóvenes piensan que es mejor salir con sus amigos que ver televisión” y consideró que en la televisión argentina “nunca se sabe que hay en pantalla”, porque la programación actual es un “descalabro”.
“Es un iluso aquel que prende el televisor pensando que a una hora determinada va a encontrar un programa”, subrayó. También dijo que el zapping y el prime time “atenta con aquellos transmisiones que hay que seguir por su desarrollo y, esto produce una perdida de capacidad de atención en los chicos”.
Campanella sostuvo que hay una cultura de “poca fidelidad” cayendo en una adicción a la televisión. “Se eliminó la cultura del seguir”. Prosiguió diciendo que hoy los medios de comunicación muestran una juventud irreal, tonta y bucólica y nunca “tal cual es”.
El realizador del “Hijo de la novia” contó una anécdota en la que un grupo de alumnos de un colegio al terminar la proyección del filme “Luna de Avellaneda” se le acercaron y le dijeron: “¿cuándo van a hacer algo para nosotros?, y la verdad tenían razón”.
“No se hace un cine nacional para jóvenes, porque la generación nueva de directores aprendieron de la vieja escuela donde la narrativa y los tempos son lentos, por eso siempre prefieren el cine extranjero porque tiene acción permanente como Harry Potter”, y sostuvo que va a pasar un tiempo bastante largo hasta que esto cambie.
Ante la pregunta si es posible hacer un cine y una televisión de calidad, Campanella sostuvo que sí, “pero en este momento no se está haciendo nada para los jóvenes”. Y apuntó a la prensa sosteniendo que siempre giran alrededor de los grandes programas y, aquellos que tiene poco raiting no se los sostiene y son dados de baja. “La televisión no está a dispuesta a pagar el precio del fracaso a corto plazo”.
Calificó a Gran Hermano como “un fenómeno de hipnosis colectiva” que no puede soportar verlo y menos lograr entender a aquellos que lo miran con fascinación.
“En Argentina hay cinco canales de aire y lo único que existe es Gran Hermano y Bailando por un sueño, lo que habla de no hay ningún tipo de variedad. Todo está pensado para el minuto a minuto, por lo tanto no tiene ni merito ni calidad”, sentenció.
Luis Viviant
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