En ese lugar inhóspito, donde los hombres trabajan en su mayoría apilando troncos o juntando juncos, son corrientes los accidentes con hachas o machetes, y el hospital Ramón Carrillo es el único lugar cercano donde se puede recibir asistencia médica.
El director del hospital, el doctor José García Cela, informó a Télam que los problemas surgieron hace dos meses a partir de la renuncia de dos de los médicos que atendían allí, quienes dejaron un "hueco" en la plantilla que hasta el momento es muy difícil de llenar.
"Dos médicos han dejado su trabajo, por lo que hemos publicado avisos pero todavía no han venido. Parece que la oferta no es llamativa y los médicos están mirando hacia el sector privado", dijo García Cela.
"Estamos tratando de mejorar la oferta. Los viernes son los días que no hay médicos, pero estamos tratando de cubrirlo con gente del hospital Carabelas. Hemos llamado a concurso para cubrir las vacantes y por ahora las emergencias las trasladamos al hospital Favaloro, en el Canal 4", agregó el médico.
Mirta, otra isleña de la zona que trabaja de changas con su lancha de carga, recordó a Télam que "antes había medico todo el tiempo pero hace dos meses ya no, fue de golpe, sin aviso previo".
"Lo que necesitamos es que haya médico todos los días. Acá en las islas no estamos en un pueblo donde podemos viajar a pie a todos lados, sino que tenemos que recorrer mucha distancia en canoa o pontón", agregó la vecina, de 39 años y madre de seis hijos a los que lleva siempre al hospital.
Según Esther, que trabaja en el jardín de infantes de la zona, "los jueves y los viernes no hay médico en el hospital. La gente de la Muncipalidad de San Fernando está buscando médicos, pero dicen que no hay interesados porque son muchas horas de lancha y de trabajo en la isla".
El hospital atiende partos, accidentes habituales de la gente que trabaja en la madera con machete y hacha, picaduras de insectos, víboras y de raya, sobre todo a quienes trabajan cortando juncos en las márgenes de los ríos.
La población de la zona es de alrededor de 300 personas, pero el nosocomio también atiende a los isleños que llegan desde los ríos La Barca, La Barquita, Borche, los arroyos Caracoles, Chaná y Tuyú Paré, el Río Paraná Miní abajo, el Canal 2, y los Aguajes del Durazno.
"La atención es muy buena, se la trata bien a la gente, aunque los medicamentos a veces escasean", dijo Esther, que coincide con Mirta en ponderar el trato humano y el esfuerzo que hacen los médicos que cumplen sus guardias en el hospital.
