Según las primeras investigaciones, la hija de Testorelli se había retirado anoche de la casa de su padre, pero a las pocas cuadras fue interceptada en su auto por una banda de seis delincuentes que la redujeron y le sacaron la llave de la propiedad de su padre, en la calle 9 de Julio.
El grupo se dividió en dos: mientras unos se llevaron a la mujer cautiva hacia la zona oeste del conurbano bonaerense, el otro ingresó a la casa, donde golpearon al joyero y le robaron una suma de dinero que no fue precisada y alhajas.
Según la policía, los ladrones no ingresaron a la joyería porque ésta tiene un sofisticado sistema de alarma, y se retiraron con lo sustraído en la casa.
A poco de concretarse el robo, la hija de Testorelli se comunicó con su padre y avisó que había sido dejada sana y salva por los asaltantes en Ramos Mejía.
A esta altura, la policía ya estaba en la casa porque un vigilador privado de la zona había advertido movimientos sospechosos y había alertado a las autoridades. (Télam)