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Resiste un robo a tiros, mata al ladrón pero termina muerto

Un comerciante fue asesinado a balazos delante de su esposa y de su hija, de 6 años, al resistirse a un asalto en la puerta de su casa de la localidad de Benavídez, donde se tiroteó con dos delincuentes, uno de los cuales terminó muerto.
El hecho ocurrió a las 21:45 de anoche en la calle 9 de Julio 1836 y ruta 9 de esa localidad del partido de Tigre, en el norte del conurbano bonaerense, donde la víctima, identificada como Domingo Marioni, fue abordada por delincuentes poco después de llegar al lugar desde un supermercado de su propiedad.

Fuentes de la comisaría cuarta de Tigre indicaron que el hecho se produjo cuando Marioni, luego de cerrar su comercio, llegó a su domicilio junto a su esposa, que padece cáncer, y a su pequeña hija en su camioneta Renault Trafic.

El hombre, de 58 años, abrió la reja portón de su casa y fue sorprendido por dos ladrones armados cuando estacionó el vehículo en el jardín.

Según las fuentes, el supermercadista sacó un revólver calibre 357 Magnum -marca Taurus- y se enfrentó con los delincuentes lo que derivó en un intercambio de disparos delante de su esposa e hija, en el que tanto el comerciante como uno de los asaltantes terminaron baleados.

Al ver frustrado el robo, el ladrón que quedó ileso arrastró a su compañero herido y ambos escaparon en una moto.

La policía investiga si un tercer cómplice conducía la motocicleta, pero hasta esta tarde no había certeza de ello.

En tanto, la mujer del comerciante, que fue testigo del episodio, pidió ayuda a vecinos y en la camioneta Trafic trasladaron a Marioni hasta una sala de primeros auxilios situada en Alvear y Maraboto, en el centro de Benavídez.

Allí, los médicos constataron que el comerciante tenía un impacto de bala en el brazo y otro, mortal, en el abdomen y no pudieron salvarle la vida.

Personal de la comisaría cuarta de Tigre y la fiscal de Benavídez, María Inés Domínguez, llegaron inmediatamente al lugar del enfrentamiento.

En la escena del crimen, la policía secuestró el revólver 357 de la víctima, otro calibre 38 marca Rossi con numeración limada que pertenecía al ladrón baleado, vainas de una pistola calibre nueve milímetros -el arma homicida- y una zapatilla gris y naranja, que resultó clave e para identificar a uno de los asaltantes.

Cuando la policía supo que el comerciante había herido a uno de los delincuentes, personal de la Subdelegación de Investigaciones (Sub DDI) de Tigre buscaron en hospitales y centros asistenciales de la zona a personas con heridas de bala.

Como consecuencia de la búsqueda, los detectives de la Sub DDI comprobaron que a las 22:10 había ingresado al hospital de General Pacheco un joven de 21 años gravemente herido de un balazo que le destrozó la axila derecha.

Al sospechoso, quien luego murió en el quirófano, le faltaba una zapatilla gris con vivos de color naranja como la encontrada en la puerta de la casa del propietario del supermercado.

Para la policía, el tipo de lesión que presentaba y el agujero que se advertía en su campera negra aviadora que tenía además una quemadura compatible con un balazo de Magnum, confirmaban que se trataba del ladrón baleado por Marioni.

El muerto fue identificado como Camilo Verón, de 21 años, y un jefe policial aseguró a Télam que en el hospital de Pacheco su madre aseguraba que su hijo había sido víctima de un asalto.

El caso, caratulado como homicidio en ocasión de robo, es investigado por la fiscal Domínguez quien instruyó a la policía para intensificar la búsqueda de los prófugos.

Los investigadores analizaban si los delincuentes siguieron a Marioni desde su comercio ante la sospecha que tuviera dinero o si sólo se trató de un asalto "al voleo".

Fuentes de la investigación indicaron que tanto la mujer que vio el crimen como el resto de la familia estaban "destrozados" por lo sucedido.

El concuñado de la víctima, llamado Mario, aseguró hoy al canal Todo Noticias (TN) que Marioni era un comerciante "que fue progresando de a poco" y que si bien "se rumoreaba que querían vender (el supermercado), no se concretó ninguna venta y no había dinero en la casa".

"La señora tiene cáncer y ellos querían dejar esto porque querían disfrutar un poco de la vida, pero no pudo ser", dijo en referencia a la intención del matrimonio de irse a vivir al interior con su hija.

Mario también comentó que a su concuñado lo habían asaltado varias veces, por lo que estaba armado.

"En la zona siempre pasan cosas, Pacheco y Talar es increíble la cantidad de asaltos, incluso a él mismo lo asaltaron varias veces. Esta vez fue fatal", concluyó.

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