Según el chico, el secuestro se produjo cuando iba hacia la escuela y antes de que tomara el colectivo. "Me apuntaron con un arma", afirmó el niño, quien repitió en varias ocasiones que luego lo metieron en el baúl de un auto, donde posteriormente lo halló la policía, y que no le dieron de comer.
Saúl no supo explicar si todo el tiempo permaneció en el vehículo o también lo llevaron a una vivienda y se manifestó "confundido" y pidió "ir a dormir y comer un asado" porque estaba "muy cansado". El chico contó que mientras duró el cautiverio pidió por su mamá y que lloró "demasiado".
Un jefe policial confirmó que se pagaron los 5.000 pesos que se habían pedido de rescate y estimó que el hecho podría haber sido perpetrado por alguna de las gavillas que en 2000 atacaron con violencia a unas 60 familias de quinteros de Campana, Escobar, Zárate y Exaltación de la Cruz. Por su parte, la mama del chico, Silvia, calificó el hecho como una "pesadilla".