Según la consultora, en la pirámide social, la clase top es la que tiene ingresos mínimos mensuales de 9.500 pesos, mientras que la clase media alta cuenta con ingresos superiores a 4 mil pesos mensuales.
El estudio observó que dentro de la clase alta conviven tres segmentos: el tradicional, que es estable; el global referencial, que es dinámico, y los locales especulares, que se rigen con la lógica de la década de los '90.
Mientras que las clases altas tradicionales basaron su riqueza en la tierra o en la industria, las más recientes basan su poder en el conocimiento, la innovación y la capacidad de visión.
"La nueva riqueza está en el conocimiento, en la anticipación, en la posibilidad de innovar y ver más y antes. Con eso consiguen el capital necesario para llevar a cabo su proyecto económico", describió la especilaista, quien citó como ejemplo paradigmático al empresario informático Bill Gates.
"Si la clase alta tradicional basaba su estética en el campo, en la tierra y la tradición, en el apellido, las nuevas clases top tienen un estilo anticipatorio, original, innovador, en la forma de vestirse, de decorar sus casas, de diseñar", expresó.
"Esos núcleos irradian a otros y se produce una mezcla de estéticas", acotó.
De ahí surge lo aspiracional: "Se consume como el otro con la ilusión de ser como el otro", sentenció Mociulsky.
"Es aspiracional en las clases medias el conocimiento acerca de los vinos, de la tecnología, las computadoras y el celular, como antes lo era el saber en relación con los automóviles, o mucho antes sobre los caballos", explicó.
Sostuvo que también es aspiracional la belleza, la posibilidad de reiventarse, de transformarse. El nuevo rico mezcla estilo, edades y ropa.
"Se puede ser aspiracional con equilibrio entre múltiples demandas y roles. Conservando la energía a través de prácticas sanas como el yoga, pilates, tai chi", ejemplificó.
"El nuevo rico, el segmento autorreferencial, lidera valores, va adelante, marca tendencia. No copia. No tiene miedo al ridículo. Su valor es anticiparse y ser copiado. Un ejemplo clásico es la cantante pop Madonna", afirmó.
"Al perderse la rigidez se facilitan los cambios de paradigmas sociales, con límites difusos entre lo bueno y lo malo, lo viejo y lo joven. Una farmacia también es kiosco, en un cine se come, la leche también es jugo, se puede pensar fuera de lo tradicional", concluyó Mociulsky. (Télam)
