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Caso Garcia Belsunce: La coartada de la familia se desvanece con los testigos clave

La coartada de Carlos Carrascosa sobre el día en que fue asesinada su esposa María Marta García Belsunce comenzó a desvanecerse esta semana a partir de los dichos de varios testigos, que reforzaron la hipótesis de que el acusado y su familia siempre supieron que fue un crimen y trataron de encubrirlo.
Las declaraciones que se produjeron en el juicio oral que se realiza por el caso, también parecen haber llevado a la escena del crimen a la hermanastra de la víctima, Irene Hurtig, quien hasta ahora no estaba imputada aunque podría ver complicada su situación una vez que termine el proceso contra su cuñado.

La seguidilla de testimonios contra Carrascosa, juzgado por homicidio calificado o encubrimiento, genera euforia en el fiscal Diego Molina Pico, aunque las disputas que mantiene con sus tres colegas en el proceso podrían hacer naufragar su objetivo principal: lograr la condena del viudo.

La defensa de Carrascosa y la querella -que apoya al acusado- no lograron por ahora hacer trastabillar a los testigos clave de la fiscalía, pese al apoyo que desde la "platea" le brindan familiares y amigas que les pasan papelitos con preguntas.

La semana que pasó no podía haber sido peor para Carrascosa y sus familiares: los testigos que desfilaron ante el Tribunal Oral en lo Criminal 6 de San Isidro hicieron trizas la versión de lo que dicen que ocurrió el 27 de octubre de 2002 en el country Carmel de Pilar.

Todos siempre afirmaron que María Marta murió tras golpearse y caer en la bañera lindera a su dormitorio, un accidente casero, y que la enterraron sin someterla a ninguna autopsia porque nadie les había advertido que podría tratarse de un asesinato.

El jueves, el médico Santiago Biasi -quien fue el segundo en llegar a la casa en una ambulancia- aseguró que le dijo tanto a Carrascosa como a otros tres familiares (Irene, el esposo de ésta, Guillermo Bártoli, y el hermano de la víctima, Horacio) que la mujer había tenido una "muerte violenta" y que debían dar aviso a la Policía.

Sin embargo, dijo que sintió que había una "trama orquestada", que no tenía que estar en ese lugar y que luego descubrió que la policía nunca fue avisada.

Por más que lo intentó, la defensa no pudo complicar a Biasi, incluso después de que el tribunal aceptara el insólito planteo del abogado Alberto Cafetzoglus para que repitiera casi toda su declaración con la intención de que algunas frases "constaran en actas".

En los juicios orales, las partes deben pedir inmediatamente después de que un testigo dice algo que la frase quede asentada y pese a que la presidenta del Tribunal, María Angélica Etcheverry, lo resaltó, luego hizo lugar al pedido.

La declaración de Biasi volvió a comprometer por segunda vez en la semana a Irene Hurtig, ya que el miércoles último un vigilador aseguró -y otros dos lo confirmaron- que ella lo llamó por teléfono para pedirle un médico en un horario en el que supuestamente todavía no había llegado a la casa.

"Irene estaba en el lugar de los hechos a la hora de los hechos", concluyó enseguida Molina Pico tras el testimonio y acusó públicamente a la hermanastra, quien hasta ahora estaba fuera de la escena del crimen y del encubrimiento.

Con esa declaración y una intervención telefónica del momento en que Carrascosa pide la primera ambulancia para su esposa, el fiscal considera que está casi probado que Irene es la mujer que se escucha llorar mientras el viudo habla con la obra social.

Además, esas pruebas sacan del lugar a la masajista Beatriz Michelini, quien llegó a la casa después de Carrascosa y trató de reanimar a María Marta.

Una de las tareas más complicadas del juicio es ordenar los horarios en que se produjo cada hecho y desmembrar la versión del viudo y su círculo íntimo.

En su declaración, Carrascosa afirmó que vio un partido de fútbol en lo Bártoli hasta cerca de las 18:50 y que cuando llegó a su casa, poco antes de las 19:00, encontró a su mujer dentro de la bañera.

A la hora en que el viudo dice haber estado mirando televisión varios testigos lo vieron en el club house del country y hay unos veinte minutos en los que no aún no se pudo probar en qué lugar estuvo.

Siguiendo la secuencia, lo que se probó por ahora en el juicio es que la masajista llegó al country en un auto a las 18:59 y que esperó al menos veinte minutos hasta que entró a la casa de María Marta.

Antes, a las 19:07, Carrascosa llamó a la ambulancia de OSDE, por lo que Michelini no puede ser la mujer que llora detrás de él. Será Irene?

El fiscal ya adelantó que pedirá que se realice una nueva pericia de audio de la grabación del llamado, ya que además de la voz de la mujer se oiría la de un hombre dando alguna indicación.

Sin embargo, el trabajo de Molina Pico se complica no sólo por las embestidas de las partes, sino porque sus tres colegas, John Broyad, Jorge Apolo y Diego Grau, buscan probar otras hipótesis posibles del crimen que dejen afuera a Carrascosa.

(Télam, por Vanina Save).

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