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Narváez con alma y oficio retiene el título ante el francés Asloum

El campeón mosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), el argentino Omar Narváez (50,800 kilos), retuvo hoy su corona al vencer por decisión unánime en 12 rounds, en forma clara y legítima, al frances Brahim Asloum (50,600), en pelea que se disputó en la ciudad francesa de Cannes.
Con esta victoria el "Huracán" de Trelew superó los records de defensas de la categoría mosca que compartían el mendocino Pascual Pérez y Santos Laciar.

Los jueces del combate, que se disputó en la Salle de la Palestre de Cannes, en la Costa Azul, vieron ganar al argentino con estos guarismos: 118 a 109, 117 a 110 y 116 a 111, mientras que la tarjeta de Télam vio ganar al argentino por 118 a 110.

El triunfo de Narváez fue amplio y legítimo, en una pelea que no tuvo un buen nivel técnico, y que el argentino manejó con total amplitud desde el principio, a pesar que su mano izquierda con secuelas de una lesión no tuvo el rigor de otras veces.

Narváez, como era de esperar, impuso su jerarquía y oficio ante un rival que se vio superado desde el principio y que en el primer round recibió una izquierda cruzada en la zona del oído que le hizo perder la estabilidad.

Y a pesar que Asloum tocó la lona con ambas manos (en la jerga boxística, tipo conejo) y se levantó de inmediato, el árbitro puertorriqueño Roberto Ramírez realizó la cuenta de protección al retador de origen árabe, quien muy sorprendido siguió combatiendo.

El accionar del púgil argentino fue impecable por momentos. Manejó los tiempos del combate a voluntad, a pesar que tuvo que trabajar durante todo el pleito con la mano derecha, y su mano más hábil, la izquierda, con un 20 por ciento de su capacidad.

Con todo, Narváez como es su costumbre, cuando tiene que combatir en inferioridad física y como lo había hecho a fines de diciembre de 2005 en París ante el local Bernard Inom, puso en el ring valor y vergüenza para derrotar a un limitado retador.

"El orgullo vale más que todo", le dijo Narváez a sus hermanos, Marcelo y Daniel, y a su manager Osvaldo Rivero, que lo asistieron en el rincón cuando ya tenía la pelea controlada.

Pareció un clamor de parte de un boxeador que tuvo que multiplicarse para no ser superado en un ring de visitante.

Narváez conquistó su cinturón en junio de 2002 en el Luna Park ante el nicaragüense Adonis Rivas en forma impecable y con sólo 11 peleas y un empate como rentado.

Con el técnico Carlos Tello, quien hoy por primera vez no estuvo en su esquina, alcanzó la corona ecuménica y realizó nueve defensas.

"Tengo la madurez suficiente para seguir mi carrera sin un técnico avezado", había declarado Narváez hace tres días cuando fue presentado junto a su rival a la prensa.

El alejamiento de su entrenador de toda la vida no fue su único contratiempo. En junio de 2005 se fracturó la mano izquierda cuando sufrió un accidente en una avenida de la ciudad de Córdoba cuando manejaba su moto y fue embestido por un automovilista.

De allí en más su mano quedó maltrecha, por lo cual fue operado, estuvo alejado de los cuadriláteros y hasta peligró su corona por no defenderla con asiduidad.

Narváez vivió también el duro enfrentamiento entre sus apoderados, Mario Margosián y Osvaldo Rivero, lo que complicó las negociaciones para sus defensas.

Pero todos esos problemas no hicieron mella en su temple, como quedo demostrado hoy ante Asloum, medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 y por segunda vez retador al título mosca, ya que antes fue derrotado por puntos por el campeón AMB, el venezolano Lorenzo Parra, en diciembre de 2005, en París.

El boxeador argentino, nacido en Trelew hace 31 años y radicado en la ciudad de Córdoba, elevó su record a 24 peleas ganadas (15 antes del límite) y dos empates.

Asloum, de 28 años, quedó con un historial como rentado de 21 combates ganados (sólo 8 antes del límite) y dos reveses. (Télam).

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