Passarella admitió que el equipo que conduce tiene actitud pero aún le falta "volumen de juego, porque no tenemos claridad".
"Cometemos errores como antes pero lo cierto es que cuando se gana, pasan desapercibidos", deslizó el DT que volvió a defenderse con una frase remanida: "Antes no éramos tan candidatos y ahora no somos los peores. Tenemos que tratar de trabajar y mejorar", dijo.
"El resultado potencia todo, pero está claro qué equipo (River) debía ganar el partido", reiteró el técnico.
Lo cierto es que la entidad de Núñez tiene una excelente oportunidad para revertir este presente el domingo, cuando enfrente al sorprendente líder del Clausura, Arsenal.
Pero más allá de un hipotético marcador favorable, al equipo del 'Kaiser' todavía le falta el pretendido "volumen de juego" y algunas cosas más.
Por lo pronto, el delantero Mauro Rosales demoró su llegada más de un mes y recién la semana entrante estaría en condiciones de vestir la camiseta del 'millonario'. Indispensable en momentos en que está lesionado Radamel Falcao García y está bajo el nivel de Ernesto Farías.
Además, la desorientación que gobierna a Passarella parece notoria: sigue sosteniendo a Eduardo Tuzzio como lateral por izquierda, "con la cancha cambiada", mientras Cristian Villagra, refuerzo de Rosario Central y genuino marcador de punta, prosigue sin tener rodaje.
Tampoco hay variantes cuando los rivales (como lo hizo Argentinos el domingo, como lo hizo Caracas anoche) asfixian a Fernando Belluschi en la zona central.
Los pasillos del Monumental, que son testigos implacables de sentencias y desencantos, escucharon que, tal vez, el periodismo, como siempre "culpable" de los males del fútbol, habría "sobredimensionado" el talento del ex Newell's.
Pero las falencias no solamente están en el equipo sino en lo estructural de una institución que viene sufriendo golpe tras golpe.
Ya hace un tiempo, el escándalo entre Horacio Ameli (separado del plantel) y Tuzzio sacudió el clima interno del plantel 'millonario' y derivó, más tarde, en la apresurada salida del entonces DT Leonardo Astrada.
Luego, con Carlos Merlo como entrenador, sobrevino el episodio de "desacato" de Marcelo Gallardo, con la apurada salida del hombre de cabellos color zanahoria.
En el pasado Apertura y luego de un 1-3 en Avellaneda frente a Racing, los neumáticos de varios de los automóviles de jugadores fueron pinchados, presumiblemente por los autodenominados 'Los Borrachos del Tablón'. Los futbolistas, integrantes del cuerpo técnico y hasta directivos minimizaron el hecho.
Y, por último, en febrero pasado, en el quincho del club, se pelearon las dos fracciones de la barra, con heridos de armas blancas y la posterior suspensión del estadio Monumental para jugar los siguientes cinco partidos del Clausura, a continuación del triunfo sobre Lanús (1-0).
Los triunfos, si es que llegan, le darán respiro tanto a cuerpo técnico, jugadores y dirigentes, pero mientras tanto, el panorama de River, el club que más dinero gastó para reforzarse, no asoma alentador. (Télam).
por José Pommares
